jueves, 28 de febrero de 2013

Rotos..

Coge un vaso.
Tíralo contra el suelo.
Ahora, pídele disculpas.
¿Vuelve a estar como antes?

miércoles, 27 de febrero de 2013

Confieso que...

Hoy me levanté con ánimo de escribir tras un par de meses de no parar ni medio segundo por el blog..
Confieso que soy muchas cosas pero no constante.
Me despisto con el vuelo de una mosca...anda mira..¿qué estaba diciendo?
¡Ah, sí!
Me han visitado las musas...para alegría o depresión de algunos...hoy me decidí a escribir.
No sé que saldrá de aquí.
He decidido confesar.
Al más puro estilo confesión religiosa..confieso que soy atea.
Estoy empezando mal.
Olvidad todo.
Quería confesar algo...y ahora no recuerdo el qué.
De hecho aún estoy intentando crear la atmósfera adecuada para escribir.
Empezando por el incienso...la luz...y la música, creo que podré escribir algo al ritmo de Florence and The Machine...mejor y más tierno que con Los Carniceros del Norte ¿no?
Aunque a veces un poco de vísceras tampoco está mal.
Hoy pensaba en las flores de los cerezos en Japón.
Me encantan.
¿Os gustan?
Se ven tan delicadas, tan tiernas, tan frágiles...tan efímeras.
Es una belleza efímera...caduca...pero no por ello es menos hermosa.
Se acerca la primavera... creo que es una estación increíble.
Los capullos de las mariposas se abren, las calles se llenan de flores, la gente sonríe, macetas en los balcones que los tiñen de rojos carmesí, violetas, lilas, verdes...y las flores de los cerezos anuncian que la época más fría del año, está llegando a su fin.
Lo que también es una pena, a mí, me encanta el invierno y bailar y danzar mientras nieva...pero esa es otra historia.
Pues pensaba hoy en las flores del cerezo, e irremediablemente acabé pensando en otra de mis flores favoritas, la flor de loto.
Es curioso como una flor tan bonita, nace del fango, oculta y de repente...despliega toda sus armas de seducción y belleza..dejando anonadado a todo el entorno y los ojos de un simple espectador.
Supongo que es una de las formas que la naturaleza tiene de expresar que lo más bello no siempre es lo que vemos a primera vista... que algunas veces, y sólo algunas veces, vale la pena sentarse, esperar y observar.
Y sino vale la pena, a veces frenar y bajar el ritmo, tampoco viene mal ¿no?
Pasear.
Inspirar.
Observar.
Expirar.
Sonreír.
Siempre sonreír.
Llega la primavera.