lunes, 28 de octubre de 2013

Ser fuerte por ellos.

Dicen que todas las personas que pasan por nuestra vida y nos acompañan durante ella, dejan en nosotros una impronta, un resto, una huella...y a veces, con suerte, una enseñanza.

A veces, miro hacía atrás en mi vida, y me doy cuenta de que no soy la sombra ni de lo que fui en un pasado, puedo ver mis raíces, la base, el molde aún por moldear...pero lejos queda mi forma de pensar de hace diez años con mi forma de pensar actual.

No siempre fui una mujer fuerte, ni una luchadora, al menos no armada con su escudo y su hacha (como me gusta imaginarme actualmente) sino más bien, iba con un libro con muchas hojas en blanco, un bolígrafo...y muchas ganas de aprender, de conocerme y sobre todo, de crecer.

Recuerdo, también, con total nítidez y claridad, prácticamente a todas las personas que han pasado por mi vida, familiares y amigos, y todo lo que de ellos he aprendido.

Recuerdo que pisé tomates de la huerta de mi abuelo Amador con apenas tres años y también recuerdo que sentados en el pozo de su huerto, les echábamos un poquito de sal y mi abuelo (hoy en día sigue haciéndolo) me decía: 'Amalia, ¿qué tal van las cosas?' Le recuerdo como un hombre afable, gentil, al que le gustaba ser abrazado y que quería a todos y cada uno de sus hijos y sus nietos de tal forma que seria capaz de dar la vida por ellos. Recuerdo también, el día en que Paulino (el vecino) me atropelló con el coche y como mi abuelo corrió hasta Lerma para que me viera un médico, y cómo le gritaba al vecino..que ese día, el pobre, se llevó un susto de muerte y no sé si fue más por atropellarme o por miedo a mi abuelo Amador.

De él aprendí muchas cosas, a pesar de que se fue rápido de mi vida, aún tenía dos increíbles abuelos más, que siempre han sido como mis padres para mí, mi abuela Amalia y mi abuelo Antonio.
De mi abuelo aprendí a jugar a las cartas, villancicos que sonrojaban a las señoras y a los señores...recuerdo el olor de sus cigarrillos y de como las tardes de verano íbamos mi hermana y yo a buscarle al bar en gamonal, el Anuska (bar que ya cerró) y recuerdo a todos sus amigos de partida y de como mi abuelo lloraba cada vez que uno de ellos moría, de lo triste que se ponía, hasta que cuando le llegó el turno a él, con una fortaleza y entereza increíbles me dijo: 'Amalia, aquí no se queda nadie, se mueren los ricos y los pobres, se mueren los niños y los jóvenes, ¿porqué no iba a morirme yo?' y mientras todos creíamos que él ignoraba lo que ocurría, con esa frase nos daba una buena lección, lo sabía y no sólo lo sabía, sino que lo aceptaba.

Mi abuela, mi abuela aún está a mi lado, aún puedo llamarla y decirla: 'Abuela, te quiero hasta la luna y muchos millones' porque sin lugar a duda, es la mujer a la que más he querido y quiero en mi vida, recuerdo ir a buscarla cuando trabajaba y correr por la casa de su jefa mientras ella acababa las faenas, recuerdo las tardes de verano sentadas en la terraza esperando que llegará la hora de ir a buscar al abuelo al bar, como cuando el abuelo se iba a 'echar la partida' llegaba la hora de la siesta en su casa, de limpiar a la interminable lista de Pepes que han pasado por la jaula y que nos han amenizado las tardes, Pepes que mis abuelos cuidaban como que fueran cada uno de sus hijos que ya no estaba en casa.

Recuerdo la cara de mis abuelos cuando mis padres se divorciaron.

Recuerdo la entereza, la fortaleza y lo que lucharon para que mi madre y mis hermanos pudiéramos salir adelante.

De mis abuelos he aprendido grandes valores, que hoy en día son pilares en mi vida y en mi forma de ser.

Cuando hace siete años casi, llego el momento de marcharme de casa, construí ésta misma base con mis amigos.

Ellos pasaron a ser mi soporte diario, mi bastón sobre el que apoyarme si las cosas iban mal, los brazos que me arropaban y en los que se sintieran arropados, las interminables horas de conversaciones, las lágrimas y risas compartidas...

Han cambiado tantas cosas en estos años..

Cuando me marché de casa, era un molde a medio construir, era aventurera pero no pensaba demasiado en las consecuencias, es por ello que creo que acabé viviendo en Barcelona, sin conocer a nadie.
Estaba enamorada de la ciudad desde que tenía 13 años y la visité por primera vez con mis padres, sus gentes, sus calles, su aroma, el mar rompiendo en la orilla de la playa, saludando al amanecer y despidiéndose al anochecer, esa ciudad era mágica y debía de ser mi casa...y cuánto la echo de menos y la añoro...no lo sabe nadie.

Allí crecí, me desarrollé como persona y construí amistades, que aún hoy, y a pesar de los kilómetros, siguen haciendo de mi, la mujer que hoy en día soy.

Jamás había viajado sola, hasta que al final, las circunstancias me obligaron y nunca olvidaré las palabras de Óliver, mi mejor amigo: ' Eres una mujer fuerte, vas a coger ese avión y vas a disfrutar de tus días en Londres, y conseguirás que esté orgulloso de ti'.

Supongo que él no lo sabe, pero a veces, cuando me entra el bajón, puedo ver ese día y le vuelvo a oír repitiendo esa misma frase y consigue que salga de la cama, muchas veces, y diga: 'conseguiré que Óliver esté orgulloso de mí' a veces es mi único timón.

Ha habido épocas horribles, sin duda, el 2006,el 2008, el 2010 y el 2013.

El 2006 abrió la brecha me obligó a marchar de casa apenas medio año más tarde, en el 2008 perdí a mi abuelo, en el 2010 a mi tío y una de las pérdidas más importantes y dolorosas, para la que nadie está preparado jamás, perdí a mi hermano Mario...y el 2013, un año en el que no he parado de caerme y levantarme y de recibir palos y portazos desde el 25 de enero, el día en que decidí que la afable aldea no era para mí y quería regresar a la jungla de la gran ciudad y estaba preparada para afrontar la gran vorágine que suponía Londres.

También soy consciente de que todos y cada uno de los golpes que he sufrido, que todas y cada una de las pérdidas, me han llevado a ser quién hoy soy, y a ver la vida del modo que hoy lo hago y siendo sincera conmigo misma, no cambiaría nada de mi pasado, ni uno solo de los golpes, ni uno solo de los traspiés, porque ellos me han hecho ser quién soy hoy.

No soy perfecta, pero intento hacer las cosas y vivir, lo mejor que puedo, dentro de mis posibilidades.

Lo hago por mí, por los que me rodean y me invitan a formar parte de su camino o quieren acompañarme en el mío, pero sobre todo, lo hago por mis abuelos y mi hermano.

Porque haya dónde estén, quiero que si me ven, se sientan orgullosos de la mujer en la que me he convertido, y en la que aún está por llegar, por ellos vale la pena hacerlo.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Pasa por una local de la zona..

Cada día me sorprende una cosa más (o menos, depende de como se mire) en Londres.
Hoy me he fijado en que la gente, come mientras se mueve (caminando, en metro, en bus, en tren, en el overground...)
Ya, sé que es algo increíble y que poca gente vería imposible más allá de un helado o una bolsa de patatas...aunque ahora que lo pienso creo que lo de la bolsa de patatas es muy inglés...se me están pegando las costumbres inglesas, atentos, que vestir llena de flores, mariposas y colores chillones está a la vuelta de la esquina...
Ya que estoy describiendo la vestimenta, creo que debo describir la fauna autóctona más típica de la zona ¿no?
No hablo de otra persona que de... la choni inglesa esa niña/mujer/señora con uñas postizas de tres metros de longitud (sí, ese tipo de uñas con las que si te pica el intestino delgado es suficiente con que te lo metas en la nariz para rascártelo) de colores cantones (cuanto más canten, mejor), las pestañas (super postizas, desde luego) de diez centímetros de longitud (al menos) ya que parece un requisito imprescindible que para poder pasar por una de ellas, los ojos te pesen tanto que parezca que cuando miras, lleves diez días de fiesta en la Pont Aeri (aquí sería la Ministry of Sound) y además vayas maquillada como una puerta, pero no una puerta del Leroy Merlín, esas son demasiado 'normales' has de ir como una del 'IKEA' de esas de nombre sueco impronunciable, y de un color mas bien cantoso.
Es impresionante (además) la maña que tienen destrozándose la cara, en movimiento, porque se maquillan en el metro, y yo no sé si alguna vez os habéis montado en el metro de Londres, pero es de todo menos tranquilo (a veces cuando frena parece que por un segundo te conviertas en Superman o Superwoman (depende del género) y que por unos segundos seas capaz de volar..de lo de aterrizar (como puedas) de eso ya te apañas tu solito/a (que el empujón ya te lo ha dado el conductor...iba a decir que gratis, pero ¡¡jajaja!! en Londres el transporte, a no ser que vayas en burro y no le cobren emisiones de CO2 en el centro por las heces que haga mientras camine...hasta ir en burro sería caro en Londres).
¡Que me despisto!
Hablaba de las chonis inglesas ¿verdad?
Sigamos...como me encanta despellejar a la fauna autóctona, supongo que es porque gozo de cierta impunidad, al saber que la mitad no me entiende, a no ser que escriba las palabras PAELLA, SANGRÍA, CERVEZA, PUB ¡ah no! que pub también es pub en inglés..¡mecachis!
Iba por el maquillaje, pues eso, que ves niñas monísimas (que algunas hay, como las meigas) que cogen la brocha y el pincel y hacen de un Picasso una nimiedad comparado con el 'cristo' que se han montado en la cara.
Y ya, ya sé que esto también pasa en España, y que quizás las uñas kilométricas les sirvan como excusa por aquello de la falta de manejo con algo como una UÑA DE DIEZ CENTÍMETROS que te deja sin tacto y cogiendo las cosas como si en lugar de manos poseyeras pezuñas  o zarpas...sí, quizás zarpas sea más preciso y exacto.
Después de ponerse las pestañas, las uñas postizas, maquillarse como puertas...llega la ropa.
Si quieres pasar por una auténtica 'chav inglesa' olvídate de aquello que te dijeron en la escuela sobre combinar los colores.
El rojo ha pasado a ser el mejor amigo del rosa, del verde y por ende del morado.
El rosa del naranja, del azul, del verde y...¡que carajo! todo combina con todo, y si lleva lentejuelas, correas, tachuelas y además brilla con neones con la música...joder, estás haciéndolo mejor que un auténtico autóctono de la zona...quizás hasta te estés pasando.
Los pantalones/falda han de ser diminutos, tanto que lo del dejar algo para la imaginación es una utopía, un imposible, porque todos serán capaces de verte hasta el carnet de identidad ¿y qué?
De las camisetas olvídate, ¡con lo que mola salir en sujetador! De esos de 10 libras del Next o mejor aún, 3 por 9 libras del Primark.
Después de la ropa, siendo como eras una mujer, OLVÍDATE DE LAS MEDIAS, las medias son para nenazas, sí, eres una nena, una niña, una mujer, pero no una nenaza.
Y es que da igual que fuera esté nevando, granizando, lloviendo de forma torrencial o como dicen aquí 'raining cats and dogs' (por cierto, si ves llover perros y gatos, te estás pasando con el alcohol...algo también típico en la región, pero ese es otro tema), porque tu eres una tía dura, y vas sin medias, SIEMPRE.
Y cuando digo siempre, es siempre.
 Lo de que en Enero hace frío, es una excusa que se inventa el resto del mundo, para hacerte gastar dinero en ropa de abrigo.
Pero tu, tu eres inglesa o al menos intentas hacerte pasar por una, así que ya estás pasando de aquellas medias que te tejió tu abuela cuando le dijiste que emigrabas a Inglaterra, no las necesitas y punto.
Las medias me llevan irremediablemente al calzado.
No voy a hablar de los calcetines con las sandalias, que tópico más típico, a éstas alturas todo el mundo sabe que los ingleses los llevan para que:
a) no se les ensucien los pies (porque los ingleses serán alcohólicos pero son prácticos, si no ven como llegan a casa de lo 'ciegos' que van..entre tu y yo, no van a perder el tiempo en lavarse los pies).
b) para que no les hagan roces (quién sabe como va a terminar tu noche si eres inglés..bueno, me refiero a además de borracho..).
Hablo de los TACONES IMPOSIBLES, sí, esos tacones que te obligarán a andar como un velociraptor, que te hacen llorar lágrimas de sangre al más puro estilo María Magdalena pero con los que ¡que narices! estás tan buena que hasta a ti misma te pones...hasta que te pones a caminar, y Chiquito de la Calzada es un aficionado o quizás tu, su musa .
Además, no te importa que te hagan daño, sudar o llorar lágrimas de sangre, porque no vas a terminar la noche con ellos.
No.
No.
Y no.
Y no te creas que voy a darte la opción de llevar un calzado de repuesto, estás alucinando.
Si quieres convertirte en una choni inglesa, has de volver a casa descalza, y como con las medias, da lo mismo la época del año en la que te encuentres, la plaza de Picadilly fue creada para ser pisada por tus pies negros, sucios y asquerosos...pero sobre todo, sucios.
Y si llueve, no pasa absolutamente nada, te ahorras la ducha posterior...¡mira que bien!
Has debido pensar que lo de Picadilly está puesto al azar, pero en absoluto, como buen choni español en vías de convertirte en choni inglés, tu exportas lo mejor de tu tierra, el botellón, aunque aquí lo vas a llamar el callejón.
Beber en los bares está sobrevalorado (por el precio y porque mola muchísimo más beber en la calle) da igual que rondes la cuarentena, lo que importa es que posees un espíritu joven.
Y casi me olvido, de como has de ir peinada.
Ir peinada, aquí no hay término medio...pero si hay algo común en todos los peinados, las toneladas de laca que vas a utilizar, tanta laca que el pelo se te mueva ¿he dicho mover? quiero decir que el pelo simplemente permanece ahí, y da igual que haga viento, haya un tornado, un huracán, llueva o de repente haya un monzón, tu pelo, va a estar intacto...como recién salido de aquella ducha que te diste hace un mes, porque tu usas ese spray de lavado en seco con aroma a rosa del jardín del vecino, que te mantiene el pelo con ese 'increíble' aspecto durante tres semanas.

Y ahora, ahora querida amiga, estás lista para salir a la calle y...¡comerte Londres! o que te confundan con la segunda venida de Amy Winehouse en cuyo caso ya sabes, has de decir..no,no,no.