lunes, 17 de diciembre de 2012

A fuego lento

Cocinar a fuego lento, así como lo hace la vida con las cosas, las situaciones, las personas.

Recuerdo a mi madre o a mi abuela, cocinando durante horas, a fuego lento, para que el sabor penetrara en los alimentos, despacio, sin prisa, pero sin pausa.

A veces, las cosas no se cocinan a fuego lento.

Vivimos en un mundo rápido, dónde un parpadeo puede hacer que te pierdas el comienzo o el final de una gran o desdichada historia.

Nos bombardean las noticias, los mensajes, la información...todo va demasiado rápido ¿no?

Comida rápida, sentimientos rápidos...que no llegan a penetrar del todo, que no llegan a dejar ni la semilla.

Coge una silla.

Siéntate.

Respira.

Observa.

A veces mirar...no es suficiente.

Piensa.

Conoce.

Sonríe.

Ahí está.

¿Ves?

No era tan difícil, sólo había que dejar que se cocinara a fuego lento.

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