martes, 2 de diciembre de 2014

Diciembre

Quedan escasos 29 días para terminar éste año, el año 2014.

Diría que el tiempo vuela, pero eso sería un mero eufemismo, una repetición... y no sería cierto, porque ha habido días que han parecido años mientras que otros, otros fueron segundos.

Hay quién ansía que siempre sea Diciembre.

Las falsas llamadas, los falsos mensajes, las falsas tarjetas de felicitación, comer hasta reventar, gastar lo que no tienes... para que luego llegue la crisis económica y emocional de Enero.

La gente llama a personas que no ve desde el año pasado, hace cenas y queda a tomar copas con los compañeros de clase o del trabajo... pero, ¿no da la sensación de que Diciembre es un poco hipócrita?

¿Para qué quedar con ese compañero de clase al que no soportas? ¿o con aquel pesado de tu trabajo, a que  a duras penas soportas cada día en los eternos viajes en el ascensor?

No es necesario.

Al contrario, creo, que éstas fechas están cargadas de una hipocresía y una falsedad sublimes.

Fechas en las que las personas se esfuerzan en aparentar que son mejores.

Sí.

Porque quizás les gustaría ser ese ser angelical que ansían proyectar, pero por dentro, son seres miserables.

Seres miserables, pequeños, con miserables vidas.

Y lo que es peor, que hacen sentir miserables a todos los que les rodean en algún punto.

Así que por mi parte, por lo que a mi respecta, seguiré como el resto del año.

Siendo yo.

No sé si es bueno o es malo, pero una cosa es cierta, no es falso.

Además, luego llega Enero, y ese si que es mi mes favorito del año.


lunes, 24 de noviembre de 2014

No me caen bien

No sé cómo explicar esto, sin levantar ampollas, siendo además, como soy, de Burgos.

Lo diré así, rápido y sin tapujos, de hecho nunca me ha importado demasiado lo que los demás digan... u opinen de mí.

Los españoles en el extranjero (en su mayoría) no me caen bien, me caen mal.

Huyo de ellos, como la peste.

En serio.

Lo prometo.

Y voy a intentar explicarlo, porque llevo semanas experimentando esto, que no sé si es un odio a mi propia patria, un odio a mis paisanos, o que yo, simplemente soy una inadaptada, o que me estoy volviendo británica.

O que me adapto y estoy agradecida por todo lo que éste país (y no el mío) me está dando.

El caso es que, empezaré desde el principio.

Recuerdo, que cuando vivía en España, criticábamos (y mucho) el hecho de que los extranjeros llegaran a España, en su mayoría de América del Sur y que sólo se juntaran entre ellos.

Que no se adaptaran, que no se mezclaran con nosotros, que siguieran con sus costumbres, que se fueran en Navidades a casa a pasar lo que allí era el verano, que continuaran con sus costumbres (comidas, fiestas, rituales etc etc etc).

Estoy segura de que más de uno o de una, cuando lea esto, dirá: '¡Ostras! ¡es verdad!'.

Bien, pues ahora me mudo a vivir al extranjero (llevo casi tres años aquí) y ¿qué veo?
QUE LOS ESPAÑOLES HACEN LO MISMO.

Estoy harta.

Estoy aburrida.

Estoy cansada.

Estoy hasta las narices de aguantar quejas del país que nos acoge.

Llevo aquí tres año viviendo y mi mente se ha expandido como nunca. Tengo amigos de todas las nacionalidades: Americanos, Italianos, Griegos, Polacos, Rumanos, Rusos, Suizos, Suecos, Franceses...Ingleses.

Si, tengo amigos ingleses.

Creo que es algo que muy pocos españoles aquí, tienen.

Y no me extraña.

Y cuando digo que no me extraña, lo digo en serio.

¿Quién coño quiere ser amigo de alguien que está todo el día llorando por el clima, la comida o lo raros que son los ingleses?

¿En serio?

¿Quién querría ser vuestro amigo si lo estáis criticando?

Para que quede más claro, los ingleses no tienen la culpa de que hayamos tenido que emigrar.
No tienen la culpa de que nuestro gobierno esté corrupto.

No tienen la culpa de que la comida aquí sea diferente que en España, porque, espera un segundo, y seguro que digo algo que más de uno y de dos se sorprenden, esto NO ES ESPAÑA.

Desde que vivo aquí, he sido testigo de como mis compatriotas viven en un Erasmus (algunos cercanos a sus 40 años) continuado, que incluye, alcohol, fiesta y sexo descontrolado.

A mi me asustan.

Imaginaos a la gente que vive aquí.

Ruidosos.

Chismosos.

Criticones.

¿En serio es necesario que se entere todo el vagón del metro, de dónde sois?
¿De verdad es necesario que para que seamos amigos, te cuente detalles personales de mi vida el primer día? ¿de verdad?

Eso, por no contar que la mayoría de los españoles vive su paso por la isla, no como una opción para abrir su mente y crecer, sino como una continua y eterna penitencia, como si vivieran en una eterna semana santa, que me río yo de los monjes descalzos.

¡Ésta gente lo pasa mucho peor!

¡Y con diferencia!

¿He dicho criticones?

Bueno, todos sabemos que el deporte olímpico número uno en nuestro país no es la siesta, es el quejarse por todo y de todo de forma sistemática, seguido de criticar al vecino, aprovechando que hoy no está, vamos a cortarle unos trajes maravillosos a fulano o a mengano...

¿En serio?

A veces pienso, que a pesar de todo lo que se quejan, tienen demasiado tiempo libre para meterse en la vida del resto y opinar sin ningún tipo de criterio sobre la vida del uno y del otro, sin hacer introspección primero.

Y entonces, te das cuenta, de que el español medio, en el extranjero, hace lo mismo de lo que se quejaba cuando eran otros los emigrantes, GUETOS.

Juntémonos todos, porque la miseria y la tristeza compartida, es comprendida.

Y quejémonos, quejémonos mucho.

De lo malo que es éste país que nos da de comer, de como los ingleses no se adaptan a nuestras costumbres (¡como se atreven! hay que ser soso para dar la mano en lugar de ir repartiendo besos entre desconocidos... ¡como osan!) y sobre todo, de lo poco que se integran con nosotros.

Un segundo.

¿No será que es un poco maleducado, llegar a un sitio y quejarse de lo que encuentras?

Y aquí va mi pequeño consejo del día, si esto no os gusta... IROS.

Si tan grande es nuestro país, lleno de corruptos, un pequeño resort de vacaciones, dónde roba hasta el panadero (aunque sea él, el que vaya a la cárcel  y no el manda más), dónde el ser chismoso está a la orden del día (no hay más que ver que Salvame sigue líder de audiencia...aunque eso es como el PP que nadie lo vota, eso nadie lo ve ¿verdad?) y dónde criticar al vecino es deporte olímpico... volved.

Volved a la Edad Media de investigación, conocimiento y convivencia.

Estoy cansada de oír vuestras quejas, de lo mucho que echáis de menos a la familia, al perro del vecino, el sol y la comida.

Estoy cansada de que me comparen con vosotros.

Haceros un favor.

Iros.

Que yo elijo seguir en Europa, y adaptarme.

martes, 4 de noviembre de 2014

Juguetes Rotos

Creo que es una buena definición, concisa y clara, de la sensación que hace algunas semanas me invade.

Total y absoluto cansancio.

Me siento una mujer objeto.

Absoluta y abrumadora confesión en mitad de una recién estrenada madrugada.

Pero, es la verdad.

Tengo la mala pata de vivir en una sociedad que va de moderna, pero que de moderna tiene muy poco.

En la que las amistades entre hombres y mujeres, parecen ser cosa de cuando hacías castillos de arena,con apenas tres años, y ahora se ven simplificadas a la mínima expresión de: 'Tu eres una tia, yo soy un tio, y que más da si yo te gusto, vamos a follar'.

Eh.

Y lo que yo piense, que cojones más da.

Claro que sí.

No paro de asistir a actos de bravuconería machista, misógina, de testosterona elevada a niveles incongruentes, en las que más de un experto diría que con tal nivel de hormonas, lo esperado y más común, sería quedarse calvo (uno de los efectos secundarios de la hormona masculina, llamada testosterona).

¿Te haces fotos?

¿Qué sales en lencería?

Entonces, está claro que eres fácil, eres una buscona y eres una guarrilla del tres al cuarto.

Y una vez más, que más da lo que tu digas, pienses u opines, lo mucho que te quieras, qué importa, el cartel, ya está ahí, colgado.

Creo que llevo asistiendo a este tipo de actos durante tanto tiempo, que me cuesta creer y pensar, que ahí fuera no haya un solo tío, que no piense única y exclusivamente con la punta del cipote.

Y es que no parece que haya un solo hombre, que deje algo de sangre para irrigar su materia gris y considerar que la libertad de expresión no es sólo una cosa masculina, que no es algo arraigado al género, y que porque una tía sea abierta mentalmente, no significa que sea una puta.

Me encuentro con tios, tan inseguros de sí mismos que necesitan inventarse una persona que no existe para estar a tu altura (y yo apenas alcanzo el metro setenta) y que cuando lo consiguen, y te enamoras perdidamente, te destrozan hasta en el último rincón sobre, en el que, con un poco de suerte, no se hubiera orinado el último cerdo al que conociste.

Me encuentro con tíos, que para que les funcione algo, necesitan mandarle mensajes a cuarenta tías, o a todas las de la discoteca, para 'ver si pescan algo', quizás de nuevo, la inseguridad es lo que les precede.

¿Y qué decir de los juegos mentales?

Todas éstas historias son tan tristes, como que son la historia de una vida, en la que el pegamento para unir las piezas de mí misma, de una misma, rota, se acabaron.

Y en las que cada vez que me ilusionó con alguien, quiero pensar que no será igual de gilipollas que el anterior y que no tendré que volver a recomponerme como si de una 'Sally' se tratara.

Pero, cada vez que me ilusiono, me equívoco.

Y acabo como siempre, en una sala, llena de gente y de sillas, dónde a todos les parece muy fácil encontrar a su pareja, mientras que para otros, el invierno llega y nos recuerda, que da igual lo lejos que lleguemos, que da igual lo mucho que nos cuidemos por dentro, lo mucho que nos queramos, porque para ellos siempre seremos lo mismo.

Una mujer objeto.

Y que a veces, los golpes vienen de los que más cerca se encuentran.

Convirtiéndonos de nuevo, en un juguete roto.


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Alcanzar lo deseado

Si en el 2006 cuando recien terminaba mi carrera de Enfermeria me hubieran preguntado donde me veia en el 2014, la respuesta no creo que hubiera sido Inglaterra, aunque lo hubiera pensado.

Lo cierto es que han cambiado muchas cosas desde entonces.

Parece mentira que haya pasado tantisimo tiempo desde la graduacion en el 2006.

Aun parece mas mentira que estuviera haciendo dialisis desde el 2008, a pesar de lo poco que me gustaba y me gusta.

Pero hoy no quiero escribir sobre eso.

Quiero escribir sobre echarle un par de narices a la vida.

De plantarle cara, a pesar de que las condiciones sean adversas, a pesar de que las cosas se pongan complicadas.

Y es que creo, que ademas de ser enfermera especialista en el ambito renal, sobre todo y ante todo, soy una mujer especialista en plantarse y decir alto y claro:'Hasta aqui, esto es lo que quiero, si lo quieres bien y sino, pues tambien'.

Ha tenido que pasar mucho tiempo para que reconozca en mi esta cualidad, supongo que para quien, defecto.

Pero parece que pese a todo, al final si va a ser cierto eso de que soy una tia dura, y sino soy dura, puedo asegurar que lo que si que soy es cabezona (o perserverante, como querais llamarlo) y que al final, siempre consigo todo lo que me propongo.

Las cosas han sido dificiles, muy dificiles, he llorado hasta tener hipo, hasta quedarme sin lagrimas, pero aqui estoy.

Le pese a quien le pese.

Peleando por la vida desde que tenia 9 meses, y ahora dispuesta a trabajar para ella.

Y es que estoy orgullosa del camino recorrido, y agradecida, agradecida por todas y cada una de las piedras que en el me he encontrado, gracias a esas piedras (a veces en forma de personas, a veces en forma de dificultades) soy quien soy hoy en dia. Asi que creo que es bueno pararse y decir gracias.

Gracias por los golpes, gracias por los guantazos, en definitiva, gracias.

El otro dia lo hablaba con un amigo, y aparte de los baches que he encontrado en el camino, mi forma de ser es, en parte, gracias a cada una de los pacientes que han pasado por mi vida.

Las largas charlas con ellos a los pies de sus camas o sentados en sillas, o simplemente contemplando el mar.

He oido historias de amor que no tienen nada que envidiar a esas que nos muestran las peliculas americanas, historias de padres que no quieren a sus hijos o historias de padres increibles, a los que sus hijos desprecian.

De todos mis pacientes, he aprendido algo y me han hecho, tambien, ser quien soy hoy en dia.

Ayer me robaron el telefono movil.

Y vino a mi memoria el dia en el que me robaron mi Nokia 3210, seguro que todos habeis tenido alguno (si rondais la generacion de los 80's-90's), el caso es que recuerdo que en aquella ocasion, me puse echa una furia, me enfade, grite e incluso, llegue a llorar.

Ayer, ayer fue distinto.

Ayer me di cuenta de que me habian robado el movil, y a pesar del engorro de tener que ir a liberar otro que tenia, dar con un numero de telefono temporal o pedir que me mandaran de nuevo la tarjeta SIM con mi antiguo numero, pues a pesar de todo eso, pense: 'bueno, ya tendre otro telefono cuando pueda, de mientras voy tirando con este'.

Cuando lo he pensado hoy, me he sorprendido a mi misma.

No se, estoy contenta.

Recuerdo los comienzos en esta isla, que cuando llegue ni siquiera podia ejercer como enfermera, todos los papeles...hasta que al final pude ser enfermera.

Recuerdo la no boda y lo mal que termino aquella relacion, de como aun asi, luche, me levante y segui adelante a pesar de no tener ganas, de no encontrarle sentido.

Recuerdo el ascenso en Londres, de como mi meta estaba siempre encaminada, cada paso que daba, estaba dirigido a estar donde estoy ahora y ....de como a pesar de las dificultades y de los golpes, pues he conseguido lo que me proponia.

Estudiar para matrona, y no hacerlo en cualquier sitio, estudiar para ser matrona y hacerlo en Londres.

Y eso, eso me demuestra una cosa, que puedo conseguir lo que quiero, con constancia, fuerza de voluntad y perseverancia.

Y, provoca en mi cara una sonrisa que no tiene parangon.

Porque soy imparable y soy capaz de todo.

Porque esta es mi vida, y voy a vivirla a tope.

Porque al final, despues de todo, he comenzado a quererme y a creer en mi.

Y ese, ese es el mejor sentimiento del mundo.

sábado, 20 de septiembre de 2014

No soy una princesa.

A las mujeres desde pequeñas siempre nos dijeron: 'Que niña más guapa'.

Nos lo dijeron tantas veces que llegamos a pensar que ser bonitas, bellas o guapas era lo único que importaba.

Porque desde pequeñas nos pusieron coronas, nos llamaron princesa, nos vistieron con vestidos rosas de tul, ropa que no nos dejaba pegarle patadas a un balón, ni correr...porque la podíamos ensuciar.
No nos dejaban jugar al fútbol porque eso era un deporte de chicos, si jugabas al fútbol las niñas no te hablaban porque ellas jugaban con muñecas, con la cocinita, a pasear al muñeco en el carrito...y si jugaban con niños era para hacerlo a los médicos o a 'papás y mamás' y así día tras día nos metieron en la cabeza la historieta de las princesas.

Además, nos contaron cada día la historia del valiente príncipe azul, cuya única meta en su vida era rescatarnos, de un futuro más que negro e incierto, repleto de peligros, de dragones, de maleficios y de mucha infelicidad e inseguridad hasta que él aparecía.

Nos contaron tanto ésta historia, que llegamos a creerla.

Llegamos a necesitar al príncipe azul para seguir adelante con nuestra vida, y soñamos en crecer para algún día mágicamente conocerlo y ser felices como perdices, para siempre.

Al igual que en los mágicos cuentos que nos metieron por vena desde la cuna.

Las princesas han de ser buenas, sumisas, guapas...y sobre todo, están asustadas y se enamoran del primero que las salva o que creen que va a salvarlas.

Y esperan.

Esperan encerradas en una torre sin hacer nada para salir de ella.

Y a nosotras, a nosotras nos enseñaron a ser como ellas.

Aprendimos a esperar a que el príncipe azul nos solucionara la vida, construimos nuestra existencia en torno a otro, a la idea de conseguir una pareja y así, sentirnos de una vez, por una vez, completas.

Aprendimos que conseguir una pareja era una lucha, lo que significa sentirnos amenazadas por todas las mujeres que nos rodean, no vaya a resultar que sean más guapas, o que su torre le pille al príncipe más cerca que la nuestra.

Aprendimos a querernos poco y sólo a costa de lo que nos quisieran otros.

Aprendimos a arreglarnos para que los demás nos vieran bonitas, no para sentirnos bonitas.

Aprendimos a que teníamos que arreglarnos para los demás, estudiar para los demás, y ser alguien para conseguir a alguien mejor.

Pero, ahora, ahora decido yo.

Decido que no soy la princesa de ningún cuento.
Decido que no vivo en una torre, que no tengo a ningún dragón custodiando la ventana de mi castillo, como mucho, a un gato.

Decido que no espero a ningún príncipe en su caballo blanco con su espada desenvainada, que me llegue a rescatar.

Os regalo mis vestidos de tul,mi príncipe azul, mi espejo y mi corona.

Pero también os regalo mis complejos, mis miedos, mis vacíos y mis celos.

Os lo regalo todo, porque todo ha sido impuesto, todo ha sido impuesto como un cuento de Disney, pero nadie me preguntó si lo quería, y desde aquí os digo, que no, que no lo quiero.

Además, necesito espacio para mis tacones, para las zapatillas de salir a correr, las botas.
Necesito ese espacio para subir, bajar, saltar, escalar una montaña, subir a un árbol..
Necesito espacio para mis libros, mis discos, mis fotografías, mis películas, para mis pasatiempos, para mis libros de poesía, para la literatura.

Espacio para los viajes, los paseos, la bici, los pinceles y el arte.

Necesito espacio para mi comida favorita, mis gominolas, el chocolate negro, el regaliz.

Necesito espacio para mi individualidad, mi libertad, para abrir mi mente, crecer, pensar y evolucionar.

Necesito espacio para correr, bailar, reír, buscar, descansar, tirarme en el césped a buscarle formas a las nubes o sentir los rayos del sol en mi piel.

Necesito tiempo para ver el mar, para ver amanecer y anochecer, para mirar el sol, para mirar la luna...para mis pequeños placeres.

Y es que las princesas nos hemos cansado de ser princesas, princesas que nunca quisimos ser.

Las princesas nos cansamos de besar sapos.

viernes, 22 de agosto de 2014

Un sueño llamado Londres

Recuerdo cuando era pequeña,en mi pequeña casa, esa que se movía cada 'x' tiempo porque mis padres eran adictos a las mudanzas (creo que de ahí he sacado mi pequeño odio a empaquetar y a hacer maletas, simplemente odio las mudanzas, así sin anestesia, las odio) que quería vivir en dos sitios al ser mayor, en Barcelona y en Londres.

Cuando tenía 21 años me marché de casa. Recuerdo que celebre mi 22 cumpleaños en Cartagena, sentada en el puerto, con dos de mis mejores amigos, Carmen y Agus.

Recuerdo que es el primer cumpleaños que he celebrado en camiseta de tirantes, y por el momento, el único.




Estando allí conseguí un trabajo en Barcelona, y creo que jamás he sido tan feliz como aquel día, cuando recibí una llamada diciendo que me cogían.

Recuerdo, también, como llegué a la estación de Sants, lo enorme que me pareció, y lo pequeña que me sentí.
Era, a mi parecer, una copia de un Paco Martínez Soria, venido de la provincia a la gran ciudad.
Como contemplaba los escaparates de las tiendas abiertos ¡24 horas! 

Si, si, 24 horas, algo impensable en aquel entonces en mi pequeño y adorable Burgos.

Lo que eché de menos mi Burgos al principio, sus pequeñas calles, sus tiendas de barrio, a mis amigos y a mi familia...mi zona de confort.

Pero salí de mi zona de confort a pesar de todo, a pesar de las largas noches de soledad, las semanas sin hablar con nadie que no fuera del trabajo...como mis pacientes me robaban las manzanas, la ropa interior o mis libros.

Y me hice un hueco.

Vaya si lo hice.

Lo hice hasta tal punto que dejé de añorar mi ciudad, para amar Barcelona, amarla con locura.

Amarla hasta el punto que a veces la tuve manía, por sus largas esperas para coger el tren de la renfe que me llevaba a casa...entré en otra zona de confort y..de nuevo salté.

Londres.

Llegar a Londres no fue tan sencillo, primero tuve que pasar por la experiencia de los Midlands y la tierra de Shakespeare.

Pero estoy contenta de ello. Esos ocho meses en medio de la más absoluta nada, me curtieron, me hicieron fuerte, me prepararon para la gran urbe.

Y qué decir de Londres. 

Hoy pensaba en que sentiría si me marchara.

Que sentiría si por un momento ya no pudiera ver más eso que siempre está ahi, el Big Ben, el London Eye, el puente de Waterloo, la catedral de St Paul...que sentiría si ya no pudiera pasear a la orilla de su río, sino pudiera ir siempre con un paragüas en el bolso, si de repente volviera a tener un verano español.

No me ha gustado la sensación. Londres se está quedando conmigo. Nunca acabo de descubrirla, ni de pasear por sus innumerables cementerios, por sus enormes parques..nunca deja de sorprenderme.

Ha habido momentos en los que he pensado que ya no podía más con la ciudad, con lo grande que era y lo pequeña que yo soy, pero esos momentos pasan.

Pasan y salgo a pasear sin un destino en mente, alzo la vista y siempre hay algo que me hace sonreír.

El hombre o la mujer que creen que te has perdido y se paran a explicarte como llegar allá dónde quieras ir, el abuelo o la abuela que adorablemente te sonrien sin venir a cuento...y comienzas a evitar los sitios turísticos, comienzas a evitar pasear por el centro los fines de semana por un abarrotado Oxford Circus, y prefieres la calma de un parque, o salir 'fuera' de Londres, pero no te imaginas viviendo fuera de Londres.

A pesar de las interminables horas para llegar a cualquier sitio sentada en el metro, de la gente maleducada, de los trenes abarrotados, de los conductores de autobús malhumorados...

Londres es un sitio en el que los sueños, si cierras los ojos, crees en ellos..se crean.

Después de todo, ya lo dijo Oscar Wilde: 'when a man is tired of London, he is tired of life'

Barcelona, espero que me perdones, creo que aún me queda Londres para mucho tiempo.




Enamórate de un hombre de verdad.

Si algún día llegas a leer estas palabras, quiero pedirte unos minutos de tu tiempo... para tratar de explicarte.
No puedo pedirte que te enamores de un extraño, eso es absurdo; pero, quiero pedirte que, al momento de entregar tu corazón, lo hagas a sabiendas de que quien está a tu lado, es un hombre que sabrá amarte y apreciarte por la mujer que eres.
Quiero pedirte, que te enamores de un hombre de verdad; uno, que te persiga con la mirada, como un león hambriento; y que, se pierda en el brillo de tus ojos, aún en la oscuridad. Enamórate de un hombre, para el cual tú seas la única mujer en este mundo; y, que sea capaz de construirte un castillo, aunque solo tenga un lápiz y papel.
No puedo pedirte que te enamores de un hombre que lo haga todo; sin embargo, te pido que te enamores de un hombre que esté dispuesto a hacerlo todo por ti.
Quiero que te enamores de un hombre con la suficiente hombría para cocinar por las noches, o cuándo estés cansada. Un hombre que pueda coser un botón de tu blusa favorita, para que puedas llegar a tiempo a esa reunión; y, por qué no, que te diga al oído que: todo estará bien.
Enamórate de un hombre que valore  a la familia y los amigos. Pues en la vida, necesitará de todos ellos. Y, si es un ladrón, procura que te robé solo algunos besos; pues, ya te habrá robado el corazón.
Quiero que te enamores de aquel que acaricie tu rostro y juegue con tu pelo, así sabrás que su mente está solo contigo. Cualquiera puede decir un “te amo”; pero, el amor se demuestra cada día, y en los pequeños: “te quiero”...
Quiero que te enamores de un hombre que procure llenarte de alegría; y que te haga sonreír, aún en tus días más difíciles.
 Enamórate de aquel hombre, que no se aproveché de ti, ni aún en tus momentos de vulnerabilidad. Un verdadero hombre te respetará, incluso, cuando tú no quieras.
Enamórate de un hombre que no haga alarde de los bienes que tiene; sino, que sepa apreciar y valorar todo aquello que ha vivido, las personas con las cuáles ha compartido y las experiencias que en la vida ha acumulado.
Enamórate de alguien a quien le guste cocinar y ejercitarse, así tendrás la excusa perfecta para comer tus caprichos; y luego, pasar el tiempo juntos: “quemando esas calorías”. Quiero que te enamores de un hombre que esté dispuesto a llevarte la contraria; y, que tenga un punto de vista distinto al tuyo. Así, en la salud, la distancia o la enfermedad, sabrás que siempre podrás contar con alguien que estará a tu lado: a pesar, de cualquier diferencia.
Enamórate de un hombre que te tenga presente a cada momento del día; y, que te llene la vida de detalles. Un hombre, que jamás te oculte lo que siente; y te diga, lo que necesitas saber. Quiero que te enamores de alguien que sepa escucharte, aún en el sórdido silencio del olvido..
Enamórate de un hombre que sea libre, que sea tuyo; que te amé, y que se deje amar por ti. Enamórate de alguien que, aunque no sea yo, te haga feliz.
Al final, si aún no has comprendido, eres tan digna de este amor tan tuyo y tan mío, que aquél de quién te enamores sabrá, que: sólo un hombre de verdad, es digno de ti.
No te conformes con menos...
Nunca bajes el listón de lo alto.
Te lo dice:
“UN HOMBRE ENAMORADO DE TI"
" TE AMO"
" TU PADRE”


miércoles, 13 de agosto de 2014

Hay que follarse a las mentes

Hace días que ésta idea pulula por mi cabeza...hay que follarse a las mentes.

Saltarnos los cánones estéticos que la sociedad nos impone, y que todos, o casi todos, nos tragamos sin ayuda.

¿Que se llevan los flecos? Me pongo flecos en las cazadoras, las camisetas, los pantalones y si hace falta hasta en las bragas.

¿Que se llevan los jeggins? (para él o la que no lo sepa, los jeggins es una moda entre pantalón y malla, que aprieta mucho y marca aún más, que se ha puesto muy de moda últimamente.

¿Y si se lleva raparse medio lado de la cabeza? Pues nos la rapamos todos, porque es lo más.

¡¡Que aburrimiento!!

¿O no?

No sé, creo que siempre me ha gustado nadar contra corriente, algo que mucha gente ha tildado de rebeldía adolescente...aunque claro, supongo que seguir al rebaño sería lo que Nietzsche llamaría: 'Hombre masa' algo de lo que más tarde escribiría también Ortega y Gasset:'El hombre masa es, no tanto el masivo, sino el inerte, es decir, no tanto el que pertenece a un conjunto, y por lo tanto se comporta como el resto de los miembros de ese conjunto, sino el que es incapaz de reacción, por encontrarse inmovilizado, por no ser eficaz, es decir, por no ser libre, por no ser capaz de determinarse a sí mismo, necesitando ser determinado por alguien más, tal y como sucede con la masa en las manos de quien la amasa, dándole forma. En este sentido es hombre masa el esclavo del amo, el súbdito de la monarquía, el subyugado por el gobierno comunista, el expoliado por el régimen socialista, el pisoteado por el sistema fascista, es decir, todo aquel que, involuntariamente, es usado por alguien más a manera de mero medio'


Pero, claro, la filosofía nunca ha estado muy de moda...y es una pena, a mi, personalmente, me gustaría más ver a un montón de gente tienen discusiones sobre si el modelo de Descartes es mejor que el de Kant o si por el contrario, son más cercanos con el tipo de pensamiento de Socrates o de Confucio.

Aunque, supongo, de nuevo, que si a alguien que se caracteriza por seguir las corrientes de lo imperativo, de lo impuesto le dices que:' Si lloras por no ver el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas' lo más posible es que piense que estás mencionando un trozo de una letra de Justin Bieber o que incluso crea que Tagore es un nuevo grupo de música pop.

Nadar a contra corriente es duro, pero, lo es aún más si eres mujer. Si eres mujer y nadas a contra corriente las cosas se ponen muy complicadas, muchísimo.

Empecemos por algo sencillo, la ropa.

No sé quién ha dicho que a las mujeres nos gusta ir de tiendas y que podemos pasar horas en ellas, a mí, personalmente, me desespera. Me desespera entrar en una tienda, encontrar algo de mi talla (que no siempre ocurre) y después cargar con todo lo que he encontrado hasta un probador minúsculo, al que tengo que hacer cola para acceder y en el que después, a duras penas voy a poder probarme nada en esos cincuenta centímetros cuadrados sin ventilación que te dejan...y ¿esos espejos que sacan michelines dónde nunca los hubo?
Siempre me he preguntado dónde compran esos espejos en las tiendas, el de mi casa, al modo de la madrastra de Blancanieves, siempre me enseña lo bonita que voy, no dónde se me han acumulado los trozos de chistorra que me comí ayer por la noche.

Para añadirle aún más chispa al asunto, pongamos que el rango de colores en tu armario abarca del negro claro al negro oscuro, con alguna pincelada de rojo, azul, verde, marrón y morado...estás jodida, muy jodida.
Sobre todo en verano.
Queridos diseñadores, soy una mujer, no un palito reflectante de discoteca, ni un pivote para marcar los arcenes de la carretera ¿quién os ha dicho que quiero vestirme de rotulador fosforito?
El verano es tedioso para encontrar ropa, porque mi ya de por si poco extenso repertorio de colores, me encuentro que sólo hay rosas, amarillos,azules, rojos, verdes y todos reflectantes y fosforitos...gracias, muchas gracias.


¿Y las modelos? ¿Cuándo se paso de ver atractiva a Marilyn Monroe, en su talla 42-44 a las famélicas que como galgos hambrientos pasean por las pasarelas?
¿Quién dijo que eso son mujeres reales?

En serio, debe de ser una broma.

Dudo mucho, que algunas de esas señoritas se haya comido, jamás, en su vida, un plato de callos o uno de garbanzos, que haya probado la deliciosa morcilla de mi tierra burgalesa o que se haya comido un solo bollo de esos glaseados de la panadería.

Pero no me imagino a Marilyn Monroe (y no haré una afirmación categórica porque desconozco la información) sufriendo por beberse una coca cola y contando las calorías de las dos hojas de lechuga de la ensalada que acaba de ordenar al camarero en el McDonalds.

A mí, por seguir nadando contra la corriente, me encanta comer, me encantan los postres, las gominolas, los helados, el chorizo, el fuet y los berberechos.
Me encanta mojar el pan en la salsa, mancharme los dedos y chupármelos. Y lo disfruto, vaya si lo disfruto.

Hacer deporte, hacer deporte no me gustaba ni en el colegio a quién vamos a engañar. Gimnasia era una de las asignaturas que siempre suspendía junto con matemáticas, y no me da vergüenza decirlo. Y me da igual que cada año en enero me inunden a publicidad para que me apunten al gimnasio de debajo de mi casa, no voy a ir, vayan asumiéndolo.
¿A qué? a ver a tíos narcisistas y egocéntricos, con más músculo en sus brazos que dentro de sus cabezas...croissants, que se besan los bíceps mientras se contemplan en el espejo. Eso ellos, ¿y ellas? Barbies esqueléticas que cuentan las calorías del agua que beben y si se les almacena o acumula la grasa aquí o allá...en serio, prefiero seguir nadando contra la corriente.

Prefiero salir a pasear por un parque, hacer un picnic con mis amigos (y comer), irme a disfrutar del exterior, que correr en una cinta como un hamster, me seduce bastante poco la idea, vaya.

Siguiendo con los canones que estipula la sociedad, señores diseñadores (y perdonen que siga con el tema) pero...YO NO VOY EN TACONES AL TRABAJO, me gusta caminar, además de parecer un velociraptor los fines de semana en casa, ¿zapatos planos? ¿zapatillas? ¿botas de mujer planas?


¿Os imagináis un mundo en el que lo que le pusiera a la gente fuera la sinceridad? ¿La gente que sale fuera, que piensa fuera del tiesto? ¿Que a la gente le pusieran las mentes?

Que la gente fuera por la calle, conociera a alguien y dijera:' Me encanta como piensa fulano o mengano, me lo follaría'.

Más allá del aspecto físico, del canon impuesto, follarse a las mentes.

Las mentes, las mentes son seductoras.

De un cuerpo se encapricha cualquiera, es sencillo que te atraiga una persona que más o menos responde a lo que te gusta, por ejemplo, en mi caso, un hombre con barba, pendientes, tatuajes, gafas y las manos y dientes bonitos, tiene más del camino recorrido.

Pero...pero ¡ay amigo! si te engancha una mente, ahí estás perdido, ya lo dijo Dante en Martin Hache:

“Me puede gustar un hombre tanto como una mujer. Me seducen las mentes, me seduce la inteligencia, me seduce una cara y un cuerpo cuando veo que hay una mente que los mueve que vale la pena conocer. Conocer, poseer, dominar, admirar. Yo hago el amor con las mentes. Hay que follarse a las mentes.”

Sigamos lo que dicen Dante, convirtamos los ceros en dieces, las mentes enganchan, las mentes seducen.

Hay que follarse a las mentes.

A ser posible, al ritmo de los riffs de alguna guitarra.

domingo, 10 de agosto de 2014

Aislarse, recuperarse, aprender y perdonar.

Lo cierto es que en las últimas semanas y en los últimos meses no me gustaba nada los efectos que estaba provocando el alcohol en mi.
Las resacas cada vez eran peores, con más dolores de cabeza e incluso, en ocasiones, con vacíos en la noche habiendo apenas bebido un par de cervezas (cabe destacar que aquí las cervezas son de medio litro).
Así que, desde hace un par de semanas, he dejado la única droga que consumos de modo esporadico, el alcohol.
Y me encuentro mucho mejor, para ser honesta.
También es cierto que no disfruto de demasiada vida nocturna y que hago más bien una vida diurna, así que no me he visto aún, tentada por un entorno de gente etílica, pero por el momento, me está gustando no beber alcohol, me siento mejor.
Por otra parte, además del alcohol, he cambiado algunos hábitos básicos, como el champú del pelo, ahora uso uno ecológico con olor a naranja, que no lleva productos químicos, no como los comerciales que hasta ahora usaba, y aunque al principio me dejaba el pelo un poco seco y enmarañado, lo cierto es que cada vez que me lavo el pelo, lo noto más suave y a la vez más fuerte y nutrido, como hacia años que no lo sentía y la verdad, es que estoy muy contenta.
Otro cambio, es que llevo unas cuantas semanas forzando la maquinaria a tope con el trabajo por lo del comienzo de la universidad y tal, y me han dado algunas crisis de ansiedad, no sólo por hacer tantas horas de trabajo, sino porque en los últimos meses he tragado mucha mierda, así que he decidido hacer momentos sólo para mi, además de comenzar a tomar algunas pastillas de herbolario con valeriana, que de momento están funcionando.
Entre los cambios de 'momentos sólo para mi' está el apagar la aplicación del Facebook durante la mayor parte del día, así no sólo no me consume batería el móvil, sino que además modero cuanto uso la aplicación.
Estoy, además, aprendiendo a decir no, a enfadarme menos y a respetarme y quererme más a mi misma, que creo que me iba haciendo falta.
Me premio con cosas que hacia meses que quería, me maquillo, me pongo perfume, me pinto(o garabateo) las uñas y sonrio más.
La verdad es que lo estoy intentando.
Estoy intentando salir del agujero y del hoyo en el que estaba y he estado metida estos últimos meses.
Y por primera vez en mucho,no, muchísimo tiempo, me encuentro dedicándome tiempo para mi y para mis amigos, pero para los de verdad, los cercanos.
He aprendido, también, en estos meses a reconocer a la gente que se acerca por interés, porque quiere algo y la que de verdad lo hace por que le importas, y son estos últimos los únicos que me preocupan en estos momentos.
En líneas generales, aunque sigo nerviosa ante un futuro un poco pillado con pinzas, estoy empezando a levantar cabeza y a sentirme feliz, a cuidar y a pensar en mi.
Y aunque está siendo duro y complicado, confio en que me ayude a convertirme en la clase de mujer que siempre he querido ser, una mujer luchadora y valiente, que sale y consigue lo que quiere a base de lucha, perseverancia y esfuerzo; pero, además, una mujer buena, sensible y cariñosa.
Y es que, estoy aprendiendo, que aunque los palos sean duros, a veces son necesarios para ayudarte a llegar a lo que debes y quieres llegar a ser.
Y que aunque todo el mundo con su paso por tu vida deje una marca, sólo has de dejar que las marcas de la gente buena hagan mella e intentar sanar las marcas de los adultos, que siendo niños, llegan y destrozan (o lo intentan) la persona que quieres ser y manejan y rompen sueños e ilusiones, pues a fin de cuentas, tan sólo son niños, perdidos y vacíos, que no son conscientes del daño que causan a su paso.
Por eso creo que para recuperarse, es necesario aislarse, recuperarse y perdonar.
Yo, de momento, me estoy aislando y rodeando de mi gente, de la gente a la que le importo y no sólo lo intento, sino que me estoy recuperando.
Con mi esfuerzo y con su ayuda.
Gracias.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Hola, voy a joderte la vida.

Así debería haberse presentado hace ya un año.
Hola, estás bien ¿verdad? Pues he llegado a joderte la vida.
Todo habría sido más simple, sabiendo de antemano las cartas que jugaba y que podía esperar.
Ser exhibida como trofeo ante una ex, que obviamente no había superado la ruptura (él tampoco, no sé a quién pretendía engañar) con un desayuno que se me atraganta hasta el día de hoy.
Ser exhibida ante unos familiares apenas dos semanas más tarde de conocernos (¿para qué?).
Qué más daban mis crisis de ansiedad, mis nervios..todo daba igual, porque sólo importaba él.
Ser objeto...sí, un puto y jodido objeto de coleccionismo.
Podría dedicarme a joderme la vida odiándole eternamente.
No me faltan los motivos ni me sobran las razones.
Pero sólo jodería mi vida.
Y supongo, bueno en realidad, creo, que bastante dejé ya, que me jodiera.
Hasta en puntos que no conocía en los que alguien pudiera hacerme daño.
Y aquí sigo, recuperándome, como puedo.
Espero que alguien me explique como se eliminan contactos de Linkedin, es que él lo ha hecho, y yo no sé.
Hay que joderse.
No te pregunto como estás del aborto...pero te elimino de Linkedin, que tus logros profesionales me molestan.
Que caros se pagan algunos errores en ésta vida.
Está claro que tu fuiste uno.
Que te den por el culo Alberto.

lunes, 21 de julio de 2014

Como Venecia sin agua..

Un pájaro en la luna 
Un pueblerino en París 
Un vagabundo en la Moncloa 
Un abstemio en San Fermín 
Eso soy yo, desde que tú no estás, aqui 

Un lunes por la mañana, sin ganas de seguir 
Una sombrilla en Alaska 
Un marinero en Madrid 
Un año sin verso 
Un joven sin botellón 
Un perro flaco sin huesos 
Una lágrima en la estación 

Desde que te fuiste, me volví más canalla 
Mis dos neuronas te extrañan 
Mas triste que Manhattan sin sus torres elevadas 
Como Venecia sin Agua 

Una canción desesperada 
Una flor en Chernobil 
Un calcetín solitario 
Un poeta sin su Abril 
Una tarde en la oficina 
Un cigarro sin hachis 
Barcelona sin Las Ramblas 
Y Reinosa, sin Ti 

Desde que te fuiste, me volví más canalla 
Mis dos neuronas te extrañan 
Mas triste que Manhattan sin sus torres elevadas 
Como Venecia sin Agua 

Soy 
Un policía en Carnaval 
Un cojo bailando un Bals 
Un tango en soledad 

Soy 
Una escalera de pensión 
Una noche sin rock and roll 
Un arcode menor 

Soy 
Una paloma en Irak 
Un cartonero en Capital 
Unas ganas de llorar 

Soy 
Un niño sin regaliz 
Un anciano en San Valentin 
Unas ganas de morir 

Soy 
Un policía en Carnaval 
Un cojo bailando un Bals 
Un tango en soledad 

Soy 
Una escalera de pensión 
Una noche sin rock and roll 
Una arcode menor 

Soy 
Una paloma en Irak 
Un cartonero en Capital 
Unas ganas de llorar 

Soy 
Un niño sin regaliz 
Un anciano en San Valentin 
Unas ganas de morir

viernes, 18 de julio de 2014

Hiper Japan y otros recuerdos.

Hasta no hace demasiado me consideraba una romántica empedernida.

Hace meses que me noto como un desierto árido, en el que a duras penas consigue sobrevivir algún cactus.

Lo que no significa que sea un ecosistema muerto. Es un ecosistema duro, pero está vivo.

Por eso me siento como un desierto. No estoy muerta, pero es complicado estar conmigo, es difícil y en algunos puntos, hay a quién incluso le parece insoportable.

No tengo demasiada paciencia con los más cercanos y por primera vez en años, tampoco consigo tenerla con muchos de mis pacientes.

Estoy así como asqueada, sí, creo que esa es la palabra.

Me he cansado de la hipocresía, de las falsas sonrisas, las falsas promesas y las puñaladas por la espalda.

Confieso que no siento mariposas en mi estómago, a no ser que tenga náuseas, que lo más cercano que consigo sentir por un hombre es excitación, y cuando ésta pasa, no siento nada más que un profundo sopor.

Me encuentro a mí misma, en un estado como en el que nunca había estado, así que tampoco sé muy bien como actuar o reaccionar ante las cosas.

Hay quién dice que el amor verdadero, se nota cuando llega, pero yo creo que lo que de verdad se nota  es que te desgarra cuando se marcha, te destroza, te deja áspera, árida, sin ganas de nada, y si tienes la suerte que yo tuve, pone tu vida del revés, te obliga a crecer una vez más y a tener que pensar por dos, porque el tercero era un incompetente egoísta hasta tal extremo, que prefirió escurrir el bulto hasta que fue lo suficientemente cobarde, como para posicionarse a recibir la patada que hace meses merecía.

El otro día vi un cartel del Hiper Japan y fue inevitable pensar que haría un año de la segunda vez que le vi, dentro de muy poco.

Y aunque intento convencerme de que me importa un rábano lo que haga o lo que no haga con su vida, lo cierto es que sigue escociendo y sigue doliendo.

Dice una amiga que las mariposas volverán, algún día, por alguien que realmente las merezca.

Discrepo.

Quiero sentir mariposas por mi, luchar por mi y algún día olvidar y sobre todo, superar, que entregué mi corazón y volvieron a pisotearlo hasta dejarlo hecho pedacitos, que aún hoy, no he conseguido volver a reunir, y que algunos, parece que se han perdido en el tiempo.

viernes, 11 de julio de 2014

Los hombres...

Buf, que título más genérico, que de generalizaciones van a soltar mis dedos pulsando las teclas de mi portátil (al que no le daban más de un par de años, y ya tiene cinco años...felicidades pequeño), bueno de cosas pequeñas me proponía escribir hoy (a veces no tanto), así que, directa al tema, que tengo una facilidad increíble para irme por las ramas, cuando me pongo delante del teclado a escribir en el blog.

Un segundo, voy a cambiar la lista de Spotify, una entrada así, se merece al menos, escuchar a Alaska o sucedáneos...y ¿qué?, ¿qué que hablemos de hombres? ¿no son los seres más graciosos de la creación?

¡Venga hombre! ¡que nos dieron una costilla! o eso dice uno de los libros de ciencia ficción con más seguidores de la historia.

Espero que para el siglo que viene, la guía del autoestopista galáctico también se convierta en religión.
Yo ya tengo su insignia por defecto, una toalla blanca del M&S, no salgo de casa sin ella.

Tiene gracia que a su máximo exponente lo crucificaran, se ve que no les caía muy bien el tipo...jajajaja...hay que andarse con cuidado con los cristianos, que tienen muy mala leche y a la mínima ¡zas! de paseíllo y a una cruz que te vas.

Aunque no se quedan cortos los musulmanes, si robas te cortan una mano (ahora vas y lo cuentas) y pobre de ti si eres infiel o te casas con un cristiano, te matamos a pedradas, nada que ver con las que lanzaban en La vida de Brian, los Monty Python.

Os váis a reir, pero yo siempre he querido, no tener barba (hay algunas señoras que tienen la barba mucho más profunda, que muchos de los hombres que conozco...y son unos cuantos) sino tener huevos.

Creo que la sensación de rascarte los huevos ha de ser la hostia (con perdón de la expresión), pero me imagino que debe de ser algo similar a cuando nosotras nos tocamos el clítoris (sí, santiguaros, yo lo hago y lo confieso, me masturbo y me gusta)...con la diferencia de que ellos pueden hacerlo en público.

Van al supermercado no saben que comprar, rascada de huevos.

Están en una entrevista, tienen una duda, se rascan la barba y paso seguido los huevos.

Se enfadan, se cogen los huevos.

Saludan, se cogen los...ah no, ahí no.

Pero en serio, rascarse las pelotas, debe de ser algo así como la panacea, tanto es así, que quiero un par, sí, no quiero morirme sin experimentar la sensación de rascarme las pelotas.

Y como no estoy completamente segura del rollo ese de la reencarnación, pre asumiendo que sólo voy a vivir una vez, quiero un par de pelotas, y las quiero en mi muñeca, a modo de pendientes.

Total, cuando me las inserten, cercana a los 80 años, lo más posible, es que hasta mis orejas sean pendientes, y quiero ser una abuela moderna, quiero un par de testículos en mi muñeca y poder decir eso de que me suda un huevo la historia del calentamiento global, o que Pedro el abuelo de la habitación de la izquierda le haya puesto los cuernos a Pepa, con Saray (porque esa es otra, los nombres de los abuelos del siglo XXI van a ser tronchantes), la que se saca la dentadura postiza para no hacerle ni dejarle roces a Pedro.

Como yo siempre he tenido más clase, y más categoría, quiero rascarme las pelotas.

Pero eso no es lo único por lo que los hombres me fascinan, bueno, seamos sinceros, en realidad no lo hacen.

Tengo muchos amigos, muchos muchos muchos amigos, del género masculino, y aunque mis amigos son gente excepcional, puedo escribir éstas líneas, tras haber topado con una gran cantidad de cerdos y tras haber consolado a una gran cantidad de amigas que han sufrido sus ataques.

El cerdo por antonomasia, puede coger hasta tres aviones para ir a verte a la otra parte del globo.

Y seamos sinceras, a la mayoría de nosotras, se nos caen las bragas ipso facto pensando en que nuestro príncipe azul hace hasta cuatro transbordos por nosotras.

¡Craso error!

No coge tres aviones por ti, no espera seis horas en aeropuertos por ti, no piensa en ti.

No, no, no y no.

Con lo único que está pensando tu príncipe azul (en la mayoría de los casos, pitufo y encima desteñido) es con uno de sus miembros, concretamente con el que tiene entre las piernas.

Sí, aciertas, está pensando con la polla.

Está pensando en clavártela.

Pero hasta el fondo, olvídate de aquello de la puntita, para nada, está pensando en metértela,sin precaución alguna, y bien al fondo.

Así es la vida amiga, así son las cosas.

El amor como muchos de estos tipos lo ven, es como un espacio regulable a intervalos y en posturas.

Y qué decir de las reglas.

No hace demasiado (siempre voy un capítulo por detrás en éstas historias) descubrí una mierda, sobre una regla de las tres citas.

Según ésta estúpida regla, si no te acuestas con ellos tras la tercera cita, pues creen que siempre vais a ser amigos.

Sí, sí, o te abres de piernas a la tercera cita, o ya está el tema finiquitado y listo, olvídate de que te llame, de que te mande whatsapp's y toda ésta historia..que para las que os pasa como a mí y solo topáis con capullos, es como la historia interminable, pero en versión japonesa subtitulado en andaluz, lo que hace que 'El Vengador Tóxico' se convierta en película de culto, comparada con la mierda que vas a tragar, por los siglos de los siglos.

Supongo que si viviera en la época de Jane Austen, a mis 29 años, ya me habrían considerado de vieja solterona (menos mal que sé hacer ganchillo para adaptarme al paso de los años, como mandan los cánones sociales).
Aún peor, porque he tenido relaciones sexuales (sí, ¿y qué?) con más de uno, de dos y de diez y de quince. Y no me avergüenzo en reconocerlo. ¿Debería?
Supongo que después de cierta afirmación, empezaré a oír los típicos comentarios de no te respetas a ti misma, eres una mujer de cierta reputación, eres fácil, eres...esto o aquello.

Me suda un pie.

Me gusta el sexo, me gusta el bdsm, soy fetichista, me masturbo, peor aún, veo porno y me toco las tetas siempre que tengo ocasión, y que me detengan por ello.

Claro que todo esto lo escribo por el subidón del momento que produce escuchar a Fabio Mcnamara...

Y ya que estoy puesta a confesar, me encantan las tonterías que han hecho, hacen y harán, muchos hombres por conseguir mi atención.

Cogen aviones (trenes, coches, autobuses, y algún día espero que cohetes), me pagan noches de hotel (hostel, albergue, hoteles de cuatro y cinco estrellas, tiendas de campaña, furgonetas...), cenas, vacaciones, me invitan a copas, a la discoteca...y yo encantada.

Salvo por la tontería de tener testículos, creo que no sería jamás un hombre.

Siempre has de competir...no me digáis que cuando dos tíos hablan y les gusta la misma tía no parece un documental de esos de la 2, narrado por Félix Rodríguez de la Fuente....porque yo en ocasiones he pensado en ir a comprarme palomitas y ver como pierden testosterona por un asunto perdido, porque ninguno de ellos va a mojar (aunque eso, ellos, no lo saben).

Intentar no quedarte calvo, la barba, los pelos en las piernas, espalda, culo, pies...a veces en todas partes excepto en la cabeza..

La barriga cervecera.

Los coches, que muchas veces son prolongaciones de sus minúsculos penes (porque los hay muy muy pequeñitos), las motos...

Y todo ¿para qué? para captar nuestra atención, sí de las mujeres.

Porque digan lo que digan, las que tenemos la sartén por el mango, somos nosotras.

Las cosas además empeoran, cuando te topas con un egoísta.
 ¿Qué defino como un egoísta?
 Seguro que a todas mis amigas les ha pasado al menos en una ocasión, un egoísta es aquel tipo que se cree una estrella del rock (vaya, que va de guay y no llega ni a chachi), con el que parece que tienes que pedirle permiso por caminar cerca suyo.
No sólo eso, además en la cama, se dedica a la autosatisfacción, como si tu fuera una muñeca chochona que no siente ni padece (y si lo haces, le da lo mismo), él llega, pega un par de empujoncitos, un par de gemiditos absurdos (porque hay tíos que gimen de una forma bastante ridícula cuando 'eyaculan', lo siento, pero alguien debía decirlo), media vuelta y a dormir.

Habrá quién incluso se sorprenda.

¿En serio?

Sí, este tipo de tíos existen.

De verdad que existen, yo al menos me he cruzado con...casi todos con los que me cruzado y/o topado han sido así.

Por eso, desde aquí, desde la posición de la experiencia y porque soy la que escribe, os recomiendo que salgáis con feos y con frikis.

¿Porqué?

Por pura estadística, los feos y/o frikis han pasado más años delante del ordenador, con lo que han visto muchas más guarradas..así que prepararos a flipar, porque en cuanto se desate la bestia...jajaja (inserte su risa nerviosa aquí mientras recuerda viejas batallas).

Por cierto, aquello de que se les conquista por el estómago es mentira, la única manera de conquistarles, es tardar quitándote las bragas y descolocándoles un poco. O eso creo, estoy soltera, así que no he debido hacerlo muy bien...supongo que porque al final siempre acabo con algún capullo...eso sí, con tatuajes, melenudo, con barba, pedientes y a ser posible con moto, sobre todo con moto, al menos hasta que yo me saque el carnet.



jueves, 19 de junio de 2014

El ir y venir de las cosas

Todo influye.
Incluso en el lugar en el que te sientas a escribir unas líneas.
Yo estas las escribo con vistas a una hilera de lápidas.
Resulta curioso, el único lugar donde encuentro la paz, el relax y la calma, que una gran urbe como Londres, es aquí.
Rodeada de muerte.
Rodeada de arte.
Hoy tengo uno de esos días grises.
Algo así como el color del día con el que amaneció Londres, gris.
Gris, pero no lo suficiente como para que el día llore.
No es lo suficiente gris para que llore yo tampoco.
Iba pensando en estos últimos meses.
En cómo han cambiado las cosas y la vida.
Suelo o solía, hacer planes a largo tiempo, siempre a largo plazo.
Y ahora, no sólo no los hago, sino que tampoco encuentro demasiado sentido a hacer ningún tipo de plan.
Da igual lo que sea.
No tengo muchas ganas de nada.
Es triste descubrirse una mañana, y descubrir que no sientes nada.
Que aunque respiras y continuas en movimiento, eres incapaz de sentir nada.
Estoy muerta.
Supongo que es por eso que me gustan los cementerios, al igual que ellos, en mi hay muerte y arte.
Amante del arte, de la música, la pintura, la comida...pero a fin de cuentas, muerta.
Me descubro con que pocas cosas me emocionan.
Hoy pensaba también en Iria.
Y me senté en este banco a llorarla.
Me he intentado mantener tan ocupada estas semanas, sin tener tiempo, sin quererme dejar tiempo para llorarla, para echarla de menos, ni para sentir su ausencia.
Que él nunca llamara para preguntar como estaba, tampoco ha ayudado.
Y un día cualquiera, te levantas y te das cuenta de que sigues caminando por inercia.
Por seguir una corriente, que ya poco o nada, me importa a donde me lleve.
Son tantos los pedazos en los que me he roto, en los que he dejado que consiguieran romperme, que ya no consigo recomponerme.
Conoces a alguien y descubrirte no sintiendo nada, es triste.
Aunque no te pidan que lo sientas.
Aunque quieras estar ahí y abrazarla.
Es vacío, lo que hay dentro.
Y aquí, es cuando me doy cuenta de que la frase de: ' lo que no te mata te hace más fuerte, más frío, más hijo de puta' quizás sea cierta, pero yo no quiero las fuerza.
Quiero dejar de ser fuerte.
Recuperar mi inocencia.
Abrazar a Iria.
Tumbarme con ella en la cama y que diga:' no llores mama, hiciste lo mejor'.
Aunque la realidad, es que por la noche, me sumerjo en superficiales sueños, en los que apenas consigo cerrar los ojos.
El ir y venir de las cosas.

viernes, 6 de junio de 2014

Esa eres tú...

Esta eres tú, los ojos cerrados, bajo la lluvia. 

Nunca imaginaste que harías algo así, nunca te habías visto como… no sé como describirlo, como una de esas personas a las que le gusta la luna o que pasan horas contemplando el mar o una puesta de sol.

 Seguro que sabes de qué gente estoy hablando… o tal vez no.

 Da igual, a ti te gusta estar así.

Desafiando al frío, sintiendo como el agua empapa tu camiseta y te moja la piel.

Notar como la tierra se vuelve mullida bajo tus pies y el olor, y el sonido de la lluvia al golpear las hojas.

 Todas esas cosas que dicen los libros que no has leido. 

Esta eres tú, quién lo iba a decir… tú.

(Extraído de la película Mi vida sin mi)


miércoles, 4 de junio de 2014

Useless

Well it's about time
It's beginning to hurt
Time you made up your mind
Just what is it all worth

All my useless advice
All my hanging around
All your cutting down to size
All my bringing you down

Watch the clock on the wall
Feel the slowing of time
Hear a voice in the hall
Echoing in my mind

All your stupid ideals
You've got your head in the clouds
You should see how it feels
With your feet on the ground

Here I stand the accused
With your fist in my face
Feeling tired and bruised
With the bitterest taste

All my useless advice
All my hanging around
All your cutting down to size
All my bringing you down

All your stupid ideals
You've got your head in the clouds
You should see how it feels
With your feet on the ground