viernes, 18 de julio de 2014

Hiper Japan y otros recuerdos.

Hasta no hace demasiado me consideraba una romántica empedernida.

Hace meses que me noto como un desierto árido, en el que a duras penas consigue sobrevivir algún cactus.

Lo que no significa que sea un ecosistema muerto. Es un ecosistema duro, pero está vivo.

Por eso me siento como un desierto. No estoy muerta, pero es complicado estar conmigo, es difícil y en algunos puntos, hay a quién incluso le parece insoportable.

No tengo demasiada paciencia con los más cercanos y por primera vez en años, tampoco consigo tenerla con muchos de mis pacientes.

Estoy así como asqueada, sí, creo que esa es la palabra.

Me he cansado de la hipocresía, de las falsas sonrisas, las falsas promesas y las puñaladas por la espalda.

Confieso que no siento mariposas en mi estómago, a no ser que tenga náuseas, que lo más cercano que consigo sentir por un hombre es excitación, y cuando ésta pasa, no siento nada más que un profundo sopor.

Me encuentro a mí misma, en un estado como en el que nunca había estado, así que tampoco sé muy bien como actuar o reaccionar ante las cosas.

Hay quién dice que el amor verdadero, se nota cuando llega, pero yo creo que lo que de verdad se nota  es que te desgarra cuando se marcha, te destroza, te deja áspera, árida, sin ganas de nada, y si tienes la suerte que yo tuve, pone tu vida del revés, te obliga a crecer una vez más y a tener que pensar por dos, porque el tercero era un incompetente egoísta hasta tal extremo, que prefirió escurrir el bulto hasta que fue lo suficientemente cobarde, como para posicionarse a recibir la patada que hace meses merecía.

El otro día vi un cartel del Hiper Japan y fue inevitable pensar que haría un año de la segunda vez que le vi, dentro de muy poco.

Y aunque intento convencerme de que me importa un rábano lo que haga o lo que no haga con su vida, lo cierto es que sigue escociendo y sigue doliendo.

Dice una amiga que las mariposas volverán, algún día, por alguien que realmente las merezca.

Discrepo.

Quiero sentir mariposas por mi, luchar por mi y algún día olvidar y sobre todo, superar, que entregué mi corazón y volvieron a pisotearlo hasta dejarlo hecho pedacitos, que aún hoy, no he conseguido volver a reunir, y que algunos, parece que se han perdido en el tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario