lunes, 1 de abril de 2013

Impotencia

Se me ocurren muchos sinónimos para la palabra, para el estado o para el sentimiento de impotencia.
Aunque realmente, la impotencia suele ir acompañada de rabia, ira, soledad o desengaño.
Hoy sufrí una de las situaciones con más ira, agresividad injustificada y salidas de tono, podría decir que más grandes en mi vida.
Estaría mintiendo.
Supongo que tendría que remontarme a la paliza que me pegó mi compañero de clase con 13 años cuando no quise ser su novia, para referirme a la más agresiva.
Aunque la de hoy ha estado cerca.
He sentido como todos y cada uno de mis derechos han sido vulnerados, vapuleados hasta casi convertirse en una delgada línea difusa que ha terminado por no existir.
Hoy han tirado mis cosas a la calle, en bolsas.
Hoy me han insultado.
Hoy me han amenazado.
Cuando la gente me pregunta porqué no cuento mis cosas, porque no hablo apenas de mí...supongo que lo de hoy es un claro ejemplo.
Soy vulnerable.
Hace años que me apoyo mucho más en mis amistades que en mi familia, las razones...son mis razones.
Nunca tuve la opción de decir no me voy a mudar, hace siete años ya, que firmé la sentencia que me condenaba al exilio durante cinco años (afortunadamente ya ha pasado casi uno).
Suelo viajar a lo que para mi es mi casa con asiduidad, para ver a los que para mi son como mi familia.
No estoy bien en el Reino Unido.
Apenas tengo amigos y me siento sola, terriblemente sola.
Voy al cine sola, de paseo sola, de conciertos sola, de fiesta sola, a los restaurantes sola...supongo que la palabra 'sola' y 'soledad' son lo que más abundan en mi vida.
Al principio disfrutaba mucho de estos momentos con 'la sole' pero estoy aburrida.
Por eso viajo a casa, para dejar de estar sola.
Soy consciente de que el mundo no se para, de que la vida sigue, soy más que consciente.
Y soy consciente también, de que remo contra marea.
Pero no sé que más hacer.
Cuando tu casa, también falla, cuando tampoco encajas ahí ¿qué hacer?
Hoy he regresado a recoger mis cosas.
Volvía mal.
Peor que otras veces.
Y me he encontrado, con que mis cosas estaban en bolsas, con que han intentado robarme, me han quitado el bolso y la cartera, me han amenazado con estamparme un puñetazo en la cara, mientras lanzaban lo poco que me quedaba a la cara.
Jamás me he sentido peor.
Sola.
A 1500 km de mi casa.
Recogiendo mis cosas del suelo.
Llorando.
En estos momentos, es cuando me pregunto qué narices hago aquí, a quién narices le importo o incluso si realmente le importo a alguien.
Soy consciente, también, de que estoy mal.
Hoy he empezado en el piso nuevo.
Y estoy asustada.
Me asusta comenzar a vivir aquí, lo mismo que me asusta dejar que alguien me conozca.
Cuando me dejo conocer, soy vulnerable y terminan por hacerme daño.
Siempre me hacen daño.
Por eso suelo preferir huir.

1 comentario:

  1. Lo que te pasó el otro día es de denuncia. Y entiendo la tremenda indefensión que tienes que sentir :(
    Yo también suelo aislarme cuando tengo problemas porque no soporto que los demás me vean frágil... y lo poco que he aprendido a base de bofetones es que es un error. Parte de nuestra fortaleza está en nosotros, pero otra gran parte está en los que nos rodean. Así que déjate querer, por favor.
    Mucho ánimo. Y lo malo... también pasará.
    Stay strong :****

    ResponderEliminar