domingo, 9 de junio de 2013

Los hombres tienen miedo

Empezar una entrada en el blog haciendo lugar a una afirmación tan categórica, sentenciante y a su vez, tan general, puede levantar ampollas, poner de mala leche o cabrear a más de uno...pero tranquilidad, hay una explicación.
O al menos, creo que la tengo.
Hoy lo hablaba con un amigo (¡guau! ¡que base tan científica!) y la verdad es que como buenos españoles, hemos arreglado el mundo con una cerveza (es que estamos en Inglaterra, así que aquí el café se cambia por cervezas, el agua por cervezas, la coca cola por cervezas...y así sucesivamente)
El caso es que hemos llegado a ésta conclusión: Los hombres tienen miedo.
Y no, no del coco...ni de las suegras (esto último parece que suele ser habitual...¡toma nueva generalización!)
Lo cierto, es que hemos llegado a ésta conclusión tras estar hablando de la liberación sexual de las mujeres.
Y...aunque ninguno lo admitirá (o casi ninguno) el caso es que están total y realmente acojonados.
Hasta la revolución sexual de la mujer (en España entorno a los años 80, en Europa fueron algo más precoces hacia los años 60-70, pero supongo que son las consecuencias de que te gobierne un enano con voz de pito y mala ostia comprimida, creo que lo llamaban Franco), las mujeres se limitaban a casarse, tener hijos y esa era toda la función que desempeñaban en la vida y en la sociedad.
Pero con la incorporación de la mujer al entorno laboral, comenzaron a destaparse 'tabúes' que aún hoy en día siguen asustando hasta al más macho del sector masculino.
La mujer ya no se limita a dejarse cortejar, sabe de sobra que el príncipe azul no existe (a no ser que lo asfixie ella con sus propias manos) y que no vendrá un caballero armado a caballo a rescatarla de las garras de un dragón (o baboso de discoteca, cualquier viernes o sábado noche).
La mujer de hoy en día, es a todas las opciones equiparable a un hombre (o al menos, así debería ser).
Hasta hace muy poco tiempo, las películas eróticas (o pornográficas) estaban orientadas a un sector claramente masculino (mujeres tetudas, con diálogos de besugos, escenas de lesbianismo o tríos, que obviamente siempre eran de un hombre y dos mujeres).
Y ahí llego la directora Erika Lust, haciendo películas por y para mujeres (podéis leer una entrevista a ella aquí http://www.cafebabel.es/article/41157/erika-lust-porno-por-para-mujeres.html)
No sólo ha existido una revolución en el tema de las películas, sino en el de los juguetes sexuales.
La mujer ya no se limita a ser la sumisa de la relación, ya no espera a que sean ellos los que tomen las riendas, porque ellas no tienen complejos en tomarlas.
Las reuniones de tapersex, en el que las mujeres con sus amigas, sin ningún tipo de complejos ni tabúes, prueban nuevos lubricantes, estimulantes, vibradores, dilatadores, preservativos o incluso lencería, entre risas, porque es algo natural.
Desde el origen de estas reuniones (que en un principio estaban destinadas en los Estados Unidos a vender productos para la casa, como los 'tupper') hasta hoy en día, hay un abismo.
Sin embargo, el mayor abismo existe al sacar los productos de las reuniones e intentar introducirlos en una relación de pareja.
Una gran parte de los hombres consideran los juguetes, como artilugios que compiten con su virilidad, no como complementos de la relación.
Como es el caso de un vibrador, o de un anillo vibrador...y se llegan a oír comentarios como ' ¿yo para que quiero nada de eso teniendo una mano y una polla?'
Bien es cierto, que hay una gran parte que aceptan todo esto como complementos sin ningún tipo de problemas, también lo es, que muchos anclados en la época del caudillo, aún le tienen miedo a la liberación sexual de la mujer.
Hombres del Cro-magnon en pleno siglo XXI.
Una lástima ¿no?
Asustados de las mujeres experimentadas, porque sigue anclado en su mente el que 'con algunas uno solo juega pero con la que uno se casa ha de ser pura y limpia, que no la haya tocado nadie'.

Obviamente, mi texto está basado en mi propia experiencia y en el de algunas de mis amigas.

Así que si alguno lee éste texto, sólo le diría que intente abrir un poco la mente, que cuando uno le pone barreras a la realidad, se pierde demasiadas cosas.

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