domingo, 18 de noviembre de 2012

Las circunstancias

Soy una adicta a Internet.
Me confieso,además, adicta a las redes sociales.
Tengo tres facebook, myspace, hi5, twitter, blog, badoo, meetic,msn, google + ...y seguro que alguna más, que ahora no recuerdo.
Si hago memoria y echo la vista y el oído atrás, aun oigo a mi madre diciendome que pasaba demasiado tiempo ante la pantalla del ordenador.
Mi adicción es,y era,tal, que muchos de mis amigos, los más añejos, esos que hice en el cole y el instituto, habrían puesto la mano en el fuego diciendo que yo iba a ser informática.
De hecho, el ser enfermera no es más que el resultado de las circunstancias.
Y es, a las circunstancias, dónde queria llegar.
Las circunstancias son muy putas, y perdón por la expresión, pero es la realidad.
La más pura y cruda,realidad.
El otro dia hablaba con un especimen que busco en google la tasa de compatibildad de nuestros signos astrales.
Como si de un adolescente se tratara, hizo un copia y pega de los resultados de compatibilidad entre escorpio(él) y capricornio (yo).
No tengo seguro del todo, sino cogio además una de mis fotos ( esas que tengo repetidas con asquerosa simetría en cada una de las cuentas que antes enumeré) y no la juntó con una suya para ver como sería la cara de nuestros hijos.
El caso y tras la anécdota o chascarrillo gratuito, es que mi signo astral ( por el cual deberia ser abogada o algo por el estilo) no es mas que fruto de la circunstancia de cuando fui concebida.
Claro y conciso.
Sin entrar en que ahora decian que los signos astrales eran 13 y que segun eso seria Sagitario.
La circunstancia de que el primer espermatozoide en llegar tuviera un cromosoma X y no Y.
La circunstancia de que mis padres se conocieran, mis abuelos y mis bisabuelos.
No voy a echarla la culpa de la evolución a las circunstancias ( algún pragmático como yo también lo llamaría casualidad) pero algo que ver tienen.
El caso es que las circunstancias no me obligan a ser una nerd enganchada al ciberespacio.
Las circunstancias no me ponen una pistola en la cabeza para que me abra 500 cuentas.
Pero me gusta echarles la culpa.
Soy más feliz asi.
Y a fin de cuentas, de eso se trata.
De los pequeños y placenteros momentos de felicidad.
Esos en los que ponen tu cancion favorita en un pub, te compras tu perfume favorito, tu madre te hace tu comida favorita, vas al cine y te compras palomitas, bajas una cuesta con la bicicleta y el viento te empuja...por todos esos momentos en el que las circunstancias te brindan la oportunidad de ser feliz.
Por esos, por esos merece la pena vivir y estar vivo.
Que aunque es parecido,no es lo mismo.
No es lo mismo respirar inconscientemente ( porque nuestra especie ha evolucionado de tal manera que es algo que hacemos automáticamente...imaginaros como sería tener que estar concentrado en respirar..un agobio) que sentir cada partícula de aire pasando por la nariz,garganta y llegar a los pulmones.
A veces, las circunstancias nos obligan también un poco a eso, y nos enseñan, que a veces los mayores placeres de la vida no son cosas de gran valor económico, sino las más pequeñas.
Una llamada.
Un mensaje.
Ver caer la lluvia.
Las margaritas.
Que él o ella te sonría.
Que tu me leas.
Ya os lo dije, las circunstancias son muy putas.

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