sábado, 22 de marzo de 2014

Resaca emocional

Estoy de resaca.
Y como tal, resacosa que me hayo, me duele la cabeza, tengo ganas de vomitar (lágrimas y lo que pienso) y me da ansiedad y angustia.
Estar de resaca es jodido.
No veo marañas conspiradoras.
Y me da igual porque hizo lo que hizo.
He dejado de buscarle motivos y razones.
He dejado de atar hilos.
Da igual por lo que hiciera nada.
El caso, es que lo hizo.
Y los motivos ya no me importan.
Pretendió ser alguien que no era.
Fingió.
¿Pero hasta donde?
¿Fingió todo el tiempo? ¿O el tipo llorón y lastimero de los últimos meses era quien es el realmente?
Me da igual.
Me mintió.
Me utilizó.
No me respetó.
Y lo que puedan o no decir, su círculo de amistades, los que se han metido, me han eliminado, me da lo mismo.
Para juzgar a alguien has de ponerte en sus zapatos y recorrer su camino.
Y el mío lo he hecho yo sola.
Los desprecios.
Las faltas de respeto.
Las verdades a medias.
Los sueños, promesas e ilusiones rotas, me las he comido yo sola.
Así que me importa una mierda lo que diga él o lo que digan 'sus amigos'.
Oscar Wilde dijo una vez: 'sé tu mismo, el resto de los papeles están cogidos'
¿Soy culpable de que él pretendiera ser alguien que no era por estar conmigo?
¿Soy culpable de haber valorado que estuviera a mi lado, para que meses después me recordara que podía haberse largado y que incluso lo pensó?
¿Soy culpable de haberle querido apoyar, ayudar o estar a su lado?
¿Soy culpable por haberle valorado?
¿Soy culpable por haberle querido?
La respuesta a todas las preguntas es no.
No me siento culpable.
Hice lo que creía que era lo mejor.
Lo hice lo mejor que pude y supe.
Me entregué a una relación sin problemas, libre y sin ataduras.
Lo hice conscientemente.
Lo hice enamorada.
Fui consecuente conmigo misma y con lo que sentía.
Yo no sé entregarme a medias, ni querer a medias tintas, y cuando haces las cosas de verdad y eres auténtico, lo más probable es que salgas herido.
¿Salí herida?
Sí.
¿Vencida?
No.
¿Le echo de menos? Claro que lo hago, cada día lo hago, pero también sé que merezco algo mejor.
Merezco alguien que me quiera, que me respete, merezco a alguien libre, a un compañero, a alguien maduro, a alguien que sepa lo que quiere.
Ni más ni menos.
Y hasta que eso llegue, pienso seguir siendo como soy, yo misma,con todas las consecuencias que ello conlleva.
Me da lo mismo que parezca que nado contra la corriente.
Sé que soy una mujer especial, lo sé y lo siento, y quiero que me traten como a tal y me cuiden y me amen, que me respeten como a tal.
Dicho lo cual, y a pesar de los planes, la resaca emocional continúa.
Continúa los llantos, los no entiendo porqué y el quererle.
Pero cada día, aunque sea un poquito, lo reemplazo por amor propio.
Sí he vivido 28 años y medio sin el, he salido adelante de las cosas que he salido, sí he emigrado sola, sí he superado el desprecio de mis padres, sí me fui a vivir sola a Barcelona y pese a la adversidad hice mi familia allí, puedo con esto.
¿Derrotada?
Sí.
Pero no vencida.
Feliz sábado.

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