miércoles, 14 de mayo de 2014

Vacaciones

Las vacaciones fueron bien.
Realmente necesitaba desconectar.
Reírme.
Estar con mis amigos.
Y en definitiva, ver las cosas con cierta perspectiva.
Creo que me hacia falta.
Estaba absorta en una espiral horrorosa de daño, mentiras, sentirme usada...y no veía mucha salida.
Mi padre también vino a visitarme.
Fue maravilloso estar con el tanto tiempo después.
Realmente le echaba de menos.
Como igual de bueno fue poder ver y abrazar a mis amigos, tantos meses después.
Ahora, una vez acabadas las vacaciones y recuperada la rutina, vuelvo a sentir un poco ese ahogo y esa angustia.
Y es que creo, que inconscientemente, asocio Londres con él.
Espero que se acabe pasando.
Leí durante los días pasados, muchos libros de esos tildados de autoayuda, que no dicen nada nuevo, pero conviene que alguien escriba las cosas que tu no te atreves a reconocer.
Creo que de todo el proceso, lo que más me ha molestado (y eso que ya era poco probable hacer nada peor) ha sido la desidia.
Su desidia.
El que llegue un punto en el que no se moleste ni en preguntar como fue.
Sí tengo dolor.
Como fue en la clínica.
Nada.
El más absoluto de los silencios.
Supongo que eso sólo puede llevar a lo siguiente, y es que no estaba equivocada cuando pensaba que era una mala persona.
Inhumano.
Carente de empatía.
No se como alguien puede ser así.
Pero, ahora que sí, que de verdad ha terminado todo, al menos, vuelvo a empezar a sonreír.

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