domingo, 13 de abril de 2014

1999

Hasta aquí llegó el ritual 
de enfados y canibalismo estúpido. 
Son demasiadas horas en vela 
y nada que decir. 

Descansamos nuestra espalda 
en las persianas bien cerradas, 
tú y yo anémicos 
y a cada parpadeo calmado 
intentamos dormir. 

Terapias mal llevadas sin nadie 
que mediara por dos histéricos, 
mis gritos envasados al vacío 
reventaron al fin. 

Y ahora congelo cada instante 
sabiendo de antemano 
que son los últimos 
la noche en que el noventa y nueve 
llegó hasta abril. 

Ya no hay ganas de seguir el show, 
ni de continuar fingiendo, 
sólo quiero ser espectador, 
relax, entertainment. 

Me pregunto quién pensó el guión, 
debe estar bastante enfermo, 
fue el estreno de un gran director, 
le caerán mil premios. 

Y al subir al taxi 
mis palabras son vapor de cristal 
y me dejo el alma 
cuando escribo en la ventana: 
"que sea cierto el jamás". 
¡Oh, cállate! 

Y ahora relájate, 
ella lo lleva bien, 
está aliviada, ¿ves?, 
todo ha acabado bien. 

Te dice: fíjate, 
mira mis manos, ¿ves?, 
no pesan nada, ¿ves?, 
están flotando ¿ves?. 

Putas ganas de seguir el show 
ni de continuar mintiendo 
y en un travelling algo veloz 
sale un "fin" en negro. 

Me pregunto quién pensó el guión, 
debe estar bastante enfermo, 
fue el estreno de un gran director, 
le caerán mil premios. 

Y a medias del viaje, 
callo a gritos 
que no quieras bajar. 

Y pierdo la conciencia 
cuando escucho como dices: 
"que sea cierto el jamás". 
¡Oh, muérete!

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